Son composiciones que lógicamente están hechas para ser cantadas sobre una obra gregoriana. Tienen una forma similar de las estrofas con ciertos versos cada una marcadas al final con una cadencia. Al final de las estrofas tienen una cadencia más predominante que en la de los versos y al final de la obra se suele repetir el último verso poniendo la cadencia final, que es la que da un sentido tonal o modal a la obra. Las voces suelen avanzar por grados conjuntos a excepción del soprano y tienen un estructura melódica muy variada.
El aspecto más importante a tener en cuenta son las cadencias que aparecen al final de todos los versos. Hay tres tipos de cadencias principales: las cadencias modales, caracterizadas por un salto de sexta en el pulso anterior a la cadencia y resolver en la nota "finalis", las cadencias tonales, que se caracterizan por tener un sonido más evolucionado al de las modales por tener un salto de quinta descendente o de cuarta ascendente entre el último y penúltimo pulso del verso y con sensible, y las plagales, que son unas cadencias "híbridas" entre la cadencia modal y tonal.
Estas obras también aparecen con notas accidentales que se suelen usar sobre la nota "si" para eliminar el tritono "si-fa" (si b) o para modular de una tonalidad "mayor a otra menor" (términos tonales). El uso de madrigalismos era muy habitual como representación del texto en la partitura.

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